José Ortiz: un bronce mundial y una sonrisa de oreja a oreja

La humildad y sencillez son sus características predominantes, sin dejar de lado el hambre de triunfo y las ganas de ir más allá. Anoche volvió a casa José Eduardo Ortiz, el joven que ya no es una promesa de la marcha guatemalteca, sino una realidad…

Traía una sonrisa tatuada y la medalla de bronce al pecho, orgulloso, rebosante, tras volver a subir al podio en una prueba mundial. Fue hace apenas 4 días en el Campeonato Mundial categoría Sub-20 en Tampere, Finlandia, en la prueba de 10 mil metros, en la que detuvo el cronómetro en 40:45.26, y solo detrás del chino Yao Zhang (oro con 40:32.06 minutos) y el ecuatoriano David Hurtado (plata con 40:32.06).

“Estoy bastante contento. La competencia fue algo difícil, pero al final pudimos obtener el tercer lugar”, explica cansado tras un largo viaje, pero sin dejar de lado la sonrisa. “Estuvimos bastante bien y, la verdad, eso me motiva más para competir”.

En un lapso corto de tiempo, los resultados “nos han ayudado a ganar confianza: en mí mismo, con mi entrenador (Mynor Ortiz) y con el trabajo que hemos hecho”, considera. Además del agradecimiento que siente por la gente guatemalteca, a la que le dedicó un mensaje. “Gracias por apoyarnos y por estar pendientes de nosotros siempre que hemos representado al país”.

Además del bronce en Finlandia, este año, Ortiz también se quedó con el mismo metal en el Campeonato Mundial por equipos de la IAAF, con sede en Taicang, China, donde logró un tiempo de 40:17 en la misma prueba.

Yendo más allá, en 2017, Ortiz obtuvo medalla de plata en el Campeonato Panamericano de Lima, Perú, y fue quinto en el Mundial U18 de Atletismo en Nairobi, Kenia. Su meta a corto plazo es “terminar el juvenil A en la Copa Panamericana (el próximo año) de la mejor forma posible… Primero Dios todo nos saldrá bien el otro año”.

 

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